Desde lo alto de una estatua de José Martí, el líder opositor venezolano Leopoldo López se entregó este martes a la Guardia Nacional durante un mitin antichavista y ante el rechazo de sus seguidores, quienes gritaban mensajes de apoyo. López, contra el que pesaba una orden de captura por los incidentes del pasado miércoles al término de una marcha pacífica que dejaron tres muertos, fue trasladado en un vehículo blindado de la GNB que salió de la plaza donde se entregó ante cientos de seguidores.
El exalcalde del municipio de Chacao había señalado momentos antes que se iba a entregar a una “justicia injusta” y una “justicia corrupta“, pero aseguró que no iba a pasar a la clandestinidad ni a dejar su país. “Si mi encarcelamiento vale para el despertar de un pueblo, para que Venezuela despierte definitivamente y que la mayoría de los venezolanos que queremos cambio podamos construir ese cambio en paz y en democracia, entonces vale este encarcelamiento infame“, indicó, acusando al presidente, Nicolás Maduro.
Un tribunal de Caracas dictó una orden de captura contra López el pasado miércoles, al acusarle de múltiples cargos, entre ellos, homicidio y terrorismo, tras los incidentes en los que se produjeron tres muertos y decenas de heridos al final de una manifestación estudiantil y opositora. Maduro responsabilizó personalmente a López de esos incidentes y le pidió que se entregara tildándole de “cobarde” y “fascista“.