El 25 de junio de 2009, el mundo se paralizó con la noticia de la muerte de Michael Jackson. Quedaban pocos días para que el rey del pop iniciara una gira después de doce años de aislamiento y diferentes escándalos a sus espaldas. Pero con 50 años, el extravagante y excéntrico artista había vendido todas las entradas para una gira que se esperaba única. Sin embargo, el sueño de miles de fans se truncó cuando la policía californiana daba la noticia de su fallecimiento.
Y después de cinco años, el nombre de Michael Jackson todavía lleva consigo un sinfin de significados y contrasentidos. Inmaduro, con el rostro desfigurado por la cirugía, extravangante, tímido, asexuado y, aún así, Rey del Pop. Fue un artista que logró suavizar el soul negro, mezclar el rock y el pop para así llevarlo a las masas gracias a su voz de niño. Pero el hecho de convertirse en una estrella mundial le llevó a excesos que no pudo controlar.
Por eso, a día de hoy su estela continua viva ya sea a través de su música, su último disco, los ingresos millonarios que sigue produciendo o las disputas por su herencia. Porque para muchos, el rey del pop sigue vivo.